Mónica Carretero
Esta entrada empecé a prepararla hace tiempo pero el verano me ha ido envolviendo con sus mil y un encantos y aún no había llegado el momento de que viera la luz.
Espero que estéis todos disfrutándolo plenamente y os mando una selección de imágenes, escritos y vídeos. El del aeropuerto me parece muy divertido pero me parecería más si acabaran los pasajeros bailando también al son de la música, de hecho yo sería incapaz de permanecer con los pies quietos ante tal animación. También os propongo un rápido viaje por los diferentes desayunos alrededor del mundo :-)
Y retomando el título de la entrada, ahí van los deberes o placeres que se han ido publicando estos días a experimentar durante el período estival.
Decálogo de Joaquín Macipe, profesor de plástica en un instituto de Teruel:
1. Por la mañana, de vez en cuando, camina solo por la orilla del mar. Mira cómo el sol se refleja en el agua, pensando en las cosas que más te gustan en la vida y siéntete feliz.
2. Intenta usar todas las palabras nuevas que has aprendido este año: podrás decir más cosas, podrás pensar más cosas y, cuanto más pienses, más libre te sentirás.
3. Lee lo máximo posible. No porque tengas que hacerlo. Lee porque el verano te inspira aventuras y sueños. Leyendo, te sentirás como los pájaros volando. Lee porque es la mejor forma de rebelión.
4. Evita todas las cosas, situaciones y personas que te hagan sentir negativo y vacío. Busca situaciones estimulantes y amigos que te aprecian y te entienden por ser quien eres.
5. Si te sientes triste o asustado, no te preocupes. El verano, como todas las grandes cosas, trastorna el alma. Intenta escribir un diario donde puedas escribir sobre tus sentimientos (y en septiembre, si quieres, lo leeremos juntos).
6. Baila; sin sentirte avergonzado. En la calle cerca de tu casa o en tu habitación. El verano es un baile. Sería una vergüenza no formar parte de él.
7. Al menos una vez, tienes que ver amanecer. Estar ahí en silencio y respirar. Cierra los ojos, agradecido.
8. Practica mucho deporte.
9. Si encuentras una persona que te gusta mucho, díselo con toda la sinceridad y la gracia de la que seas capaz. No pasa nada tanto si lo entiende como si no. Si no es recíproco, entonces no estaba previsto que él/ella formase parte de tu destino. De lo contrario, el verano 2015 es la gran oportunidad para caminar juntos (y si no funciona, vuelve al punto 8).
10. Recuerda lo que has aprendido en la escuela y consulta tus apuntes.
11. Sé feliz como el sol, indomable como el mar.
12. No digas palabrotas. Sé siempre educadísimo y gentil.
12. No digas palabrotas. Sé siempre educadísimo y gentil.
13. Disfruta de películas con diálogos emotivos, sobre todo en inglés. Esto te ayudará a mejorar tus habilidades lingüísticas y tus oportunidades de soñar. No dejes que la película acabe con los créditos. Vive la experiencia todo el verano.
14. Durante el día o la noche, sueña con cómo puede ser tu vida. Durante el verano, reúne fuerzas para no rendirte y haz todo lo que puedas para perseguir ese sueño.
15. Sé bueno.
Educa diver - Aprender es divertido
Lo especial de mis deberes, a mi entender, es que tienen como fin principal el aprendizaje a través de la cooperación y la interacción familiar. Estos deberes están pensados para analizar situaciones nuevas y meditar acerca de los nuevos saberes que estamos adquiriendo con ellas.
1.Bañarse en una piscina natural
Una de las actividades privilegiadas del verano es bañarse en una de las muchas piscinas naturales que nos brinda la naturaleza. Con esta actividad, además de disfrutar del momento de ocio que nos ofrece el hecho de sumergirse en el agua, podemos aprender innumerables conceptos sobre el medio como pueden ser: el ciclo del agua, la diferencia entre el agua dulce y el agua salada, que es un manantial, etc.
2. Ver una puesta de sol o un amanecer
Observar una puesta de sol o un amanecer puede ser una de las experiencias más significativas para los pequeños, ya que es una de las formas más visuales de entender el paso del tiempo, además de permitirnos ver in situ el paso del día a la noche o viceversa. Este hecho suele pasar desapercibido para los más pequeños, que sólo diferencian la claridad del día y la oscuridad de la noche, sin pararse a analizar cómo ocurre.
3. Buscar el carro de la Osa Mayor
Una de las actividades que suele gustar especialmente a los niños es aquella que les permite observar las estrellas. Aquellos que viven en grandes ciudades no tienen la oportunidad de disfrutar de una noche estrellada debido a la contaminación luminica por lo que suele ser un gran descubrimiento. El carro de la Osa Mayor es uno de los conjuntos de estrellas más fáciles de localizar, por lo que es una buena opción para buscar. Con esta actividad, además de iniciarse en conocimientos de astronomía, trabajamos la concentración y los ciclos temporales.
4. Dar forma a las nubes
A mi entender esta es una gran actividad para realizar en familia. Con ella trabajamos la concentración y ponemos en marcha nuestra capacidad de análisis de los conocimientos previos. Además, nos permite disfrutar del aire libre y nos ayuda a poner en marcha la imaginación.
5. Visitar un museo de “prohibido NO tocar”
Los museos concebidos como espacio para mostrar obras de arte no suelen resultar atractivos a la mayoría de los niños. Por eso una buena opción para los peques suelen ser los museos dónde la manipulación y la experimentación les muestran de primera mano nuevos saberes. Nosotros hemos visitado el “Museo príncipe Felipe” de Valencia y el “Cosmocaixa”de Barcelona. En ellos los niños aprenden nociones de astronomía, biología, ecología, arte, etc. de una forma muy significativa.
6. Enterrar los pies en la arena
Cuando hablamos de percepción sensorial somos conscientes de que debemos abarcar las diferentes formas de percibir lo que ocurre a nuestro alrededor. El problema viene cuando al pensar en tacto centramos nuestras actividades en las manos, por esta razón, cualquier actividad que trate la percepción sensorial a través del tacto sin utilizarlas es digna de poner en práctica.
7. Preparar helados
La cocina es un hábitat a menudo desconocido por los niños, a pesar de que es un gran laboratorio de experimentación. Muchos padres son reticentes a que los niños cocinen por miedo a quemaduras o cortes, pero si preparamos un helado a base de nata y sirope, sin necesidad de hervir, hornear o cortar no tenemos excusa para que nuestros peques no cocinen. Con esta actividad hacemos partícipes a los más pequeños de las responsabilidades de la casa, como lo haríamos al encargarlos de poner la mesa o hacerse la cama.
8. Plantar semillas
Es una actividad genial para entender como nacen y crecen las plantas. Para ello debemos plantar desde la semilla, de forma que los niños vean el proceso y el paso de tiempo.
9. Pintar un cuadro
Nada más y nada menos. Pintar un cuadro, con su lienzo y sus pinturas plantea al niño dos tareas nada fáciles. Por un lado precisa de una gran creatividad y por otro de una gran ejecución. En primer lugar el niño debe plantearse aquello que quiere pintar y luego debe trabajar con una técnica desconocida hasta el momento.
10. Ver una ciudad a vista de pájaro
Es cierto que mucho pueblos no nos permiten hacerlo, por lo que el verano es una gran ocasión para descubrir una ciudad desde arriba. Cuando paseamos por las calles de una ciudad no somos conscientes de las dimensiones que ésta puede alcanzar y una forma de hacerlo es poder ver la ciudad entera desde algún mirador. Además, esta actividad nos permite empezar a reconocer “mapas” mucho antes de entender su concepto.
EducaDiver - Aprender es divertido
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